San Juan 3:14-21
En aquel tiempo Jesús dijo: Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no nos envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.
El que cree en Él, no será condenado, pero el que no cree, ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es esta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas, porque sus obras eran malas.
Todo aquel que hace el mal odia la luz y no se acerca a ella. Para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Mis propósitos de cuaresma
- Domingo: Ofrezco la Misa por la paz en el mundo
- Lunes: Haré un sacrificio en la comida
- Martes: Bendeciré los alimentos
- Miércoles: Ayudaré en las labores del hogar
- Jueves: Rezaré por la Iglesia y el Papa
- Viernes: Rezaré por los enfermos
- Sábado: Rezaré un misterio del Rosario en familia
¿Qué aprendiste hoy?
- Dios Padre nos ama y por eso nos mandó a Jesús, para que a través de Él todos conozcamos el camino para llegar al cielo.
- Si somos amigos de Jesús y cumplimos su voluntad, seremos muy felices y llegaremos al cielo, sin embargo, si no queremos hacer lo que Jesús nos pide y preferimos portarnos mal y cometer pecados, perdemos la oportunidad de llegar al cielo y seremos muy infelices.
- Todos los que queremos hacer cosas buenas por los demás, amamos a Jesús y deseamos parecernos más a Él para llegar al cielo, buscamos estar siempre con nuestra alma muy limpia y somos testimonio de luz para los demás.
Jesús es la luz que nos ilumina
Imagínate que estás en un cuarto oscuro y no puedes ver nada a tu alrededor. No quieres dar ni un paso, porque no sabes qué puede haber delante de ti. De pronto alguien enciende una vela y se ilumina toda la habitación. Descubres con asombro que estás rodeado de muchas cosas hermosas, grandes tesoros que jamás habías visto. Eso sucede cuando Jesús entra en tu corazón.
Descubre el gran tesoro de la amistad con Jesús y no dejes que jamás se apague esa luz.
Elaborado por:
Maestra Rosa del Carmen Marroquín
Área de Educación en la Fe
Año de San José